¿ INNOVACIÓN ? ¿INNOVAR? ¿SOMOS CAPACES? ¿Y LAS EMPRESAS?
Evidentemente hablar de innovación no es algo que sea revolucionario a día de hoy, pero me gustaría al menos comentar cómo la palabra innovación ha evolucionado a lo largo de mi vida.
Hace no muchos años, era de los que consideraba que la capacidad de Innovar solo era poseedora de un puñado de genios o empresas con grandes recursos.
Algo muy fuera del alcance del resto de los mortales. Idea un poco derivada al asociar siempre el concepto de innovar a grandes nombres como los de Steve Jobs, Elon Musk…y todos los que todos ya conocemos. Personas con una especie de superpoderes fuera del alcance del común de los mortales.
Al mismo modo, entendía que debía de ser un experto en todas las áreas que cubrían esa idea, lo que hacía que muchas veces pudiese desestimarla sin simplemente haberlo intentarlo por lo compleja que podía ser de desarrollar.
Asociaba por completo el concepto de Innovar al de crear algo completamente nuevo. Idea que entiendo muchos compartís. Y evidentemente eso es innovar, pero muchas veces también podemos innovar cambiando el significado de las ideas que ya existen. O simplemente juntando varias ideas y creando algo diferente.
Evidentemente tener cierta capacidad es importante para poder innovar, pero no es necesario el ser un genio o tener infinidad de recursos como creía en un principio.
Lo realmente necesario es tener una idea en la que creas y trabajar en ella con toda la pasión del mundo. Os engañaría si os dijese que es un proceso fácil. No lo es. Y no lo es porque muchas veces vais a trabajar sobre conceptos difusos y un futuro incierto. Muchas veces vais a tener que adaptar vuestras ideas. Debéis estar preparados para los cambios, las sugerencias e incluso las críticas. Vais a tener que estar preparados para fracasar y volver a empezar. Pero estoy seguro que después de todo ese esfuerzo la recompensa terminara llegando.
Y no es necesario el que seas un experto en todas las áreas necesarias para desarrollar la idea. Lo importante es transmitir esa pasión a la gente con la que quieras desarrollar esa idea.
Todo lo anterior lo relaciono con la parte personal de las personas, pero si esto lo trasladamos al ámbito empresarial implica que las empresas tienen que aprender a trabajar de una forma diferente. Tiene que empezar a ser flexibles y ágiles en sus procesos. En cierto modo tienen que arriesgar y no dejarse arrastrar por la tendencia del mercado. Tienen que ser empresas que propongan nuevas ideas y productos al mercado. Ya no hace falta ser los mejores, pero sí que debemos de ofrecer cosas diferentes con las que poder competir.
La innovación no puede estar coartada por pesados procedimientos que lo único que van a conseguir es frenar el espíritu creativo e innovador de la gente. En cierto modo no debieran de existir reglas que frenen la innovación.
Evidentemente las empresas debieran de permitir un entorno que fomente la innovación. Bien a través de zonas de reflexión o aplicaciones que nos permitan compartir nuestras ideas y entre todos conseguir mejorarlas.
La innovación en las empresas debiera ser un proceso en el que todos los empleados pudieran tener la posibilidad de participar. No dejar simplemente esta labor a determinados departamentos.
Soy de los que firmemente cree que son muchos los que pueden aportar buenas ideas. E incluso aquellas que a priori no puedan parecer “buenas” se transformen en excelentes con la ayuda de todos.
Si realmente estas dispuesto a arriesgar por una idea. ¡Hazlo!. Nunca vas a saber lo que va a salir de todo ello, pero al menos es algo que has intentando y no te quedara ningún mal sabor por la duda de no haberlo intentado.
¿Nos arriesgamos?.